viernes, 14 de marzo de 2014

Benidorm ordena retirar los elementos funerarios de la Cruz de Serra Gelada


El Ayuntamiento de Benidorm quiere que la Cruz del parque natural de Serra Gelada deje de ser el monumento funerario que nunca fue. Para ello, ayer mismo emitió un orden instando a la retirada de placas, fotos, escritos, flores, urnas o incluso velas que numerosos ciudadanos, en su mayoría extranjeros, han ido colocando en los últimos años para honrar a sus difuntos en este monumento que corona el skyline de la ciudad. Los afectados tendrán lo que resta del mes de marzo como plazo para recoger sus objetos personales. Transcurrido ese tiempo, será el propio Consistorio, a través de sus Servicios Técnicos, quien se encargue de limpiar cualquier resto de las «capillas» instaladas y trasladarlas al almacén municipal, donde transcurrido un plazo «prudencial» todos estos artículos serán destruidos si nadie los reclama.
La iniciativa para restituir la emblemática Cruz a su estado original, reivindicada en numerosas ocasiones por vecinos y oposición, se incluye dentro de un plan de mejora de la zona implantado por la Concejalía de Escena Urbana. El programa se inició el pasado diciembre, cuando se pintaron parte de los hitos de piedra que bordean toda la carretera de acceso al parque natural con motivo de la grabación de un corto sobre el exalcalde Pedro Zaragoza, según explicó ayer la edil del área, Gema Amor. Estos días, el Consistorio ha llevado a cabo trabajos de desbroce y limpieza en los alrededores del monumento religioso y ahora ha llegado el momento de actuar sobre la propia Cruz.
«Somos conscientes de que estos objetos representan para muchas personas recuerdos o tienen un calado sentimental», reconoció Amor, quien no obstante dijo que lo que se persigue es recuperar el aspecto original de esta construcción, que nunca ha estado vinculada con la muerte hasta hace unos años. Más bien todo lo contrario.
Corrían los primeros años de la década de los 60 cuando un grupo de benidormenses llevó a hombros desde la iglesia de San Jaime hasta lo alto de Serra Gelada una gran cruz de madera para que oteara todo el término municipal. Esta acción se incluía dentro de una misión evangelizadora, llevada a cabo por varios frailes, para redimir a la villa de su fama de frívola y pecadora en el despertar del turismo, y con la que el pueblo de Benidorm se volcó de lleno para demostrar que el desarrollo no estaba reñido con sus hondas raíces religiosas, según cuenta la historia.
Aquella pesada e histórica cruz fue sustituida en dos ocasiones posteriores por otras más modernas. En la actual, ahora se despliega lo más parecido a un museo funerario, con todo tipo de objetos, como fotos y placas que se elevan más de tres metros en el mástil, además de flores, cirios o urnas que se abandonan en la base tras lanzar las cenizas y que ya se han tenido que retirar en otras ocasiones por la suciedad o el riesgo que generan en el parque natural.
La edil de Escena Urbana afirmó que, una vez limpia la Cruz, el Ayuntamiento estudia restringir el acceso de vehículos a la zona más próxima a ésta y, además, no descartan instalar un vallado alrededor del monumento para evitar que vuelvan a surgir nuevas «capillas».

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