lunes, 9 de junio de 2014

Los músicos de Benidorm buscan la armonía legal

En pocas ciudades de la Comunidad Valenciana, y quizá de España, hay tantos pubs con música en directo como en Benidorm. La cultura sonora que llevan en su ADN los británicos -principal fuente de turistas de esta localidad- hace que tener un grupo o un solista de versiones en un local de copas benidormense sea un factor decisivo para que se llene hasta la bandera.
Muchos de estas bandas suelen estar radicadas en la zona y algunas de ellas, a pesar de estar fuera de los circuitos comerciales, logran ganarse el pan haciendo música, algo impensable en otras grandes ciudades de la provincia como Alicante o Elche. Erich Bergamaschi, uno los rockeros más veteranos de la zona, está impulsando una cooperativa de música que denominará Musicop, y que será la primera que se gesta en la Comunidad Valenciana.
Bergamaschi explica que el objetivo es que sus miembros, cada vez que hagan un bolo, estén amparados legalmente al 100%. De momento, hace más de una semana se firmó su constitución ante notario, y ahora está a la espera de que Conselleria dé el ok. Por ahora, según fuentes jurídicas que gestionan esta iniciativa, todavía no está claro el tema de las cuotas. «La situación variará en función de los conciertos que haga cada músico. Según la cantidad de bolos, cada uno de ellos pagará una aportación mensual para que Musicop les ampare legalmente ante cualquier problema y les gestione todo el papeleo para que coticen por sus actuaciones. El artista podrá estar dentro de la cooperativa como autónomo o como trabajador por cuenta ajena. Es decir, como si fuera un empleado de Musicop», afirman estas fuentes.
Lo que sí quieren dejar claro es que la cuota no eximirá al músico de pagar la Seguridad Social por sus conciertos. «Aunque desde aquí se llevarán a cabo todas esas burocracias. Con las salas habituales de conciertos en Benidorm se firmará un contrato mercantil. De esta manera, estos locales tendrán asegurado que los músicos que toquen allí y pertenezcan a la cooperativa estén cubiertos totalmente», añaden.
En España sólo existen tres cooperativas de este tipo, y se encuentran en Barcelona, Madrid y Canarias. De momento, Bergamaschi cuenta con más de 30 interesados en entrar dentro de su proyecto, entre bares y músicos de la zona.
Óscar Pinto, encargado del Daytona -una de las salas míticas de conciertos en Benidorm-, asegura que se trata de una iniciativa muy positiva. «A nivel de papeleo para nosotros es mucho más fácil, porque la gente viene, toca y se va», explica.
Pinto confirma que en Benidorm, «los grupos que valen», según sus palabras, se pueden ganar la vida tocando en bares, «y muy bien ganada algunos de ellos». Argumenta que locales como el suyo tienen un plantel fijo de unas cinco bandas, «a las que les doy muchas horas de trabajo». Si el grupo o el artista funciona, si sabe conectar la atención del respetable, se queda, tanto en invierno como en verano, que es cuando se generan más actuaciones.
Fuentes de este mundo musical que prefieren no identificarse, aseguran que los solistas suelen tener más facilidad que los grupos para dedicarse íntegramente a esto. En su opinión, los que van solos hacen un papel más de entretenimiento. «Yo por ejemplo tengo que compatibilizarlo dando clases de guitarra», declara uno de estos músicos.
Richard Romero, presidente de Ociobal, manifiesta que la música en esta ciudad es un atractivo turístico más que hay que cuidar. «La carrera de un músico es costosa, por lo que me merecen ser reconocidos y estar amparados legalmente».

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