miércoles, 2 de abril de 2014

El alcalde promete a los propietarios de los garajes de la calle Polop que buscará en los próximos días una fórmula para que accedan otra vez de manera regulada

Aunque la calle Polop de Benidorm nació como una zona peatonal hace 20 años, siempre se había venido utilizando como lugar de carga y descarga y de aparcamiento, ante la falta de estacionamientos en el popular barrio de Foietes. El Ayuntamiento, el pasado 21 de febrero, decidió acabar con esta situación instalando un par de bolardos que impiden el acceso a vehículos. El problema: alrededor de 15 personas han convertido diferentes locales comerciales en garajes y ahora se han quedado sin forma de meter los coches.
El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, señaló ayer a este diario que se ha comprometido con todos estos vecinos a llamarles en los próximos días para encontrar una solución a este problema. Comentó que estudiarán una manera para que sólo algunos coches autorizados -los que tengan una cochera en esta zona- puedan pasar. «Lo que no permitiremos es que dejen los automóviles aparcados fuera, ya que pueden suponer un peligro», recalcó el primer edil.
Manuel Pérez, portavoz de un grupo de vecinos que se quejó en su momento de esta medida municipal y propietario de uno de los garajes, aseguró que han venido reclamando esto al gobernante benidormense desde que se colocaron los bolardos. «Cerca de 15 personas se han quedado con unas cocheras vacías. Sólo esperamos que el alcalde cumpla su palabra y arregle esto pronto», sostuvo Manuel Pérez, cuyo colectivo presentó más de 155 firmas contra este cierre, sobre todo por el tema de los garajes. El Consistorio tildó, en su momento, este uso de «alegal», ya que eran locales comerciales. El portavoz vecinal respondió diciendo que a pesar de que los tuvieran considerados así, «les han estado cobrando desde 2011 un impuesto en concepto de entrada de vehículos, muy parecido al del vado».
No obstante, todas estas tensiones podrían quedar apaciguadas si Agustín Navarro es fiel a su compromiso. Así, tanto los vecinos que consideran un peligro la entrada de coches como los que se han montado los garajes, quedarán satisfechos.

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