jueves, 8 de mayo de 2014

Un exconductor de Cruz Roja condenado por abusos deberá ir a un curso de formación sexual

El exconductor de una de las ambulancias de Cruz Roja en Benidorm, que en 2011 fue denunciado por cuatro compañeras en esta organización por agresiones sexuales reiterados y abusos, se declaró ayer culpable de los hechos tras realizarse un acto de conformidad entre las partes litigantes y el Ministerio Fiscal, previo al juicio que tuvo lugar ayer por la mañana.


El titular del Juzgado de lo Penal Número 2 de Benidorm condenó al hombre, tras este acuerdo, a 24 meses de prisión –6 por cada una de las víctimas– y a una suspensión de la pena de 5 años, por lo que si antes del 5 de mayo de 2019 cometiera algún delito debería cumplir los 24 meses del cárciel impuestos y de los que ahora se libra, más lo que se le condenara por la nueva infracción. La segunda condición para que se haga efectiva la suspensión, según el magistrado, es que realice, durante 6 meses, un programa de formación para personas condenadas por delitos sexuales. Además, el juez estableció que el extrabajador de la organización humanitaria no podrá acercarse a las víctimas durante cuatro años.
Los abogados de las cuatro agredidas, Francisco González y José Manuel Menoyo, aseguraron a este diario que el fiscal, en un principio, había pedido 10 años de prisión para el exconductor de Cruz Roja. No obstante, el juez recordó en sala que existían dos atenuantes que habían reducido el tiempo de la condena, y que, por tanto, al ser menor de dos años, le eximía del ingreso directo en prisión.
Las dos razones eran que se habían producido dilaciones indebidas (los hechos se denunciaron en 2011 y no se han juzgado hasta ahora) y la reparación del daño. Es decir, el condenado ya había abonado, en el juzgado de instrucción número 4 de Benidorm, las cantidades que pedía la Fiscalía como indemnización, que todas juntas ascienden a 9.333 euros.
Según los letrados Francisco González y José Manuel Menoyo, los hechos se produjeron entre los años 2008 y 2011. Dos de las chicas denunciaron abusos sexuales puntuales, que se traducían en algunos tocamientos que les realizó el condenado. Las otras dos, según los abogados, fueron agredidas sexualmente de manera reiterada. De hecho, aseguran los letrados que llegó a obligarlas a masturbarle. Una de ellas, en el momento en el que se produjeron los hechos, era menor.
Juan Bautista Díaz de Corcuera, abogado del acusado, subrayó que han aceptado el acto de conformidad con el objetivo de evitar que su cliente pudiera entrar en prisión. Sobre los argumentos de su defensa, prefirió no hacer ninguna declaración.

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