viernes, 30 de mayo de 2014

Los otros vigilantes de la playa

Benidorm es conocida internacionalmente por sus playas, y para velar por que éstas tengan una calidad máxima, el Ayuntamiento cuenta con el Laboratorio Municipal. Esta entidad fue creada en 1985 como respuesta a una necesidad de control de la calidad y salubridad de las aguas y alimentos de consumo humano así como de las aguas de baño. En la actualidad, es el único Ayuntamiento de la Comunidad Valenciana, junto a Valencia, que cuenta con un servicio de estas características. Asimismo, fue el primero en la Comunidad al que la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) le reconoció la Competencia Técnica del Laboratorio para la realización de análisis físico-químicos de aguas. Gracias a esta acreditación, los informes son reconocidos a nivel internacional.
Contar con este laboratorio supone que además de disponer de los informes realizados por la Conselleria, tienen un control exhaustivo y más regular, puesto que tiene una mayor frecuencia que los de la Generalitat, y permite hacer comparaciones más detalladas a lo largo del tiempo. A partir del 15 de junio y hasta el 15 de septiembre, cada semana desde el laboratorio se encargan de recoger muestras de las aguas de baño de 10 puntos diferentes del mar benidormense: Ti Ximo, Punta Llisera, Av. Almería, Av. Orts Llorca, Ayuntamiento playa, Mal Pas, Edf. Balcón de Poniente, Edf. Azor, La Cala y la Isla (sólo en el trimestre de verano). El resto de año se siguen tomando muestras cada 15 días. Después se analizan para controlar la calidad de las aguas y medir su temperatura, que en 2013 tuvo una máxima anual de 28,2 grados y una mínima de 13.
A estos controles hay que añadir los análisis, con la misma frecuencia, de la arena de la playa y los lavapiés. Estos últimos para controlar, por ejemplo, la proliferación de hongos. Todos los ensayos que realizan están basados en los criterios establecidos por la Comunidad Valenciana y el Estado, según el parámetro a analizar. No así la arena. El director del laboratorio y su impulsor en los orígenes, Jorge Albero, explica que la calidad de la arena la miden según su experiencia durante todos los años que llevan analizándola. Así, cuando ven que hay alguna variación importante, significa que está contaminada. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando algún barranco de los que desembocan en la playa ha arrastrado esta contaminación.
El laboratorio tiene estos controles rutinarios de los que se informa a la concejalía correspondiente. Además, los informes de la calidad del agua, que en la actualidad tiene la calificación de «excelente», están colgados en los paneles de las playas y en la web del Ayuntamiento. No obstante, las concejalías también piden análisis puntuales cuando el momento lo requiere, como puede ser cuando una tubería se avería y hay riesgo de que haya contaminación en la zona. «Nosotros entregamos los resultados al departamento correspondiente y no mentimos en ellos ni nos metemos en valoraciones, es el Ayuntamiento el que actúa en base a los informes», explica Jorge Albero, quien apunta que los análisis microbiológicos del laboratorio son los más completos «aunque siempre se puede ampliar porque hay muchos parámetros posibles».
Además de cubrir los servicios municipales, el laboratorio también tiene capacidad para atender de forma gratuita las peticiones de los vecinos o empresas que quieran analizar una muestra, siempre y cuando ésta pertenezca a Benidorm y el laboratorio esté preparado para ello. A pesar de la cantidad de competencias que poseen, el laboratorio está formado por un equipo de cinco personas. De ellos, dos se encargan de realizar ensayos microbiológicos y uno hace los análisis físico-químicos. Además, la crisis no ha pasado de largo y hace cuatro años tuvieron que reducir su presupuesto.

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