El AVE está abriendo a Benidorm un nuevo mercado de turistas que alojados en sus hoteles visitan Madrid en un día al
haberse acortado el tiempo del viaje. Los hoteleros no disponen todavía
de estadísticas, aunque han constatado este fenómeno a través de los
touroperadores, agencias de viajes y las compañías de autocares.
El tipo de visitante que suele demandar estas excursiones con regreso en la misma jornada es de procedencia rusa, que tiene interés por conocer la cultura española y un alto poder adquisitivo, y también los jubilados de todo tipo de
condición social y bolsillo, que permanecen al menos una semana en
Benidorm «y tienen mucho tiempo libre», según las impresiones
transmitidas a las empresas del sector, tal como describe el presidente
de la agrupación hoteleros Hosbec, Antoni Mayor.
Estos servicios se contratan a menudo en origen, vienen ofertados en paquetes antes de llegar a la Costa Blanca
por parte de touroperadores especializados en estos mercados de
clientes que quieren algo más que el producto básico y estrella, el sol y
playa, o al menos una alternativa para los pocos días que salen
nublados. En el caso concreto de los que viajan hasta Madrid en el AVE,
suelen enlazar con la estación de Alicante en microbuses desde Benidorm.
De 7.000 a 10.000 visitas
La temporada para estos desplazamientos cortos en el tiempo va de octubre a abril,
sobre todo, en los meses de invierno, cuando por Benidorm transitan
entre 7.000 y 10.000 turistas cada semana de este tipo de segmento, el
de más edad y menos prisas por regresar a sus lugares de origen. «La
gente hoy se informa antes de salir de viaje y se interesa por estas
visitas», señala Mayor.
Los británicos, en cambio, son poco dados a
solicitar este servicio, porque conocen ya la zona desde hace años, a
diferencia de los rusos, que además además de la visita cultural quieren
hacer compras. Tradicionalmente, el destino por excelencia de las excursiones cortas es Guadalest para todos los públicos, aunque también hay predilección por otros enclaves y municipios cercanos como Altea, Alicante –en el trenet, para disfrutar de las vistas–, Elche e incluso a más distancia, Valencia, y algunas se organizan con un carácter temático.
En el caso de la capital alicantina, el turismo
de compras desde Benidorm también funciona bien desde hace tiempo, con
el reclamo que suponen los dos centros de El Corte Inglés, además de los
lugares de visita turística habitual. De hecho, un informe de la
Universidad de Alicante reveló que la ciudad de Alicante recibió en un año 2,8 millones de turistas de un día que generaron un consumo de 51 millones de euros. Representan un nicho de mercado con potencial y al alza.
Otra modalidad de excursiones cortas que goza
de aceptación en Benidorm desde hace años por resultar gratuita para el
turista es la que en el sector denominan de los «manteros»,
organizados por casas comerciales para vender mantas, chocolate y otros
productos. Combinan el ocio y la visita con charlas para convencer al
consumidor potencial de que compre, y se trata de un cliente que en
muchos casos accede. De esta forma, la excursión resulta rentable para
ambas partes: la empresa factura y el turista distruta del viaje sin
coste.
La mitad anticipada Aproximadamente la mitad de las reservas de paquetes turísticos contratados en el Reino Unido –el principal mercado de origen– con destino a Benidorm se realizan por anticipado, antes de salir y antes de la temporada. Según un estudio realizado por Hosbec junto con INVAT-TUR y la Agencia Valenciana de Turismo, los meses de enero, octubre y febrero tienen las mayores cuotas mensuales, mientras que en abril se producen más salidas de los turistas.
El perfil del británico que viene a la capital
de la Marina Baja es de un visitante que viaja sin familia (92,3%),
reserva tanto en tienda como directamente, en la mitad de los casos
contrata una estancia de siete días y casi en un 60% de las ocasiones lo
hace en pareja.
Fuente: abc.es
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