lunes, 5 de enero de 2015

De cómo engañar a una nación

A simple vista parece una grotesca barbarie. Pero no es así. Está pasando. La manipulación en España está a la orden del día a través de medios de comunicación, políticos y altas esferas de la sociedad que, consciente o inconscientemente, acaban engañándonos hasta tal punto que, podrían gobernar nuestro país. Sí, hablo de Podemos. Concretamente hablo de su enigmático líder; Pablo Iglesias Turrión.

Este dignatario sobrevalorado por la sociedad no es más que un ciudadano de a pie. Unos quieren distorsionar la realidad afirmando que Iglesias debe todo y más a su familia adinerada, mientras que otros discurren entre que es un mesías tipo comunista nunca visto, solo comparable a personajes de la calaña de Lenin. Pero no. Simplemente es uno más. Uno más que, desde un principio, tenía el guión de la gran tragicomedia que vivimos en España. Es sorprendente que su formación política tenga éxito, y más que, Pablo Iglesias vaya por donde vaya, cause furor y discordia, amor y odio, esperanza y desolación, hasta niveles insospechados. Pero la clave no está en si Podemos es un partido de ideología de extrema izquierda, o que Iglesias sea un líder carismático. El secreto del éxito en la política requiere una preparación exquisita.


La receta empleada por Iglesias ha sido simple pero laboriosa. Desde joven se interesó por la política, hasta tal punto de ingresar a los 14 años en la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) a la que perteneció hasta los veintiún años. Más tarde, en la universidad participaría en el movimiento antiglobalización, además de que no solo era participe en dicha corriente, sino que era un total protagonista en todas y cada una de las manifestaciones a las que asistía, colocándose asiduamente en primera línea a grito de megáfono, predicando con el mismo discurso demagogo y populista que utiliza a día de hoy. En el ámbito de la enseñanza, Pablo Iglesias se convirtió en el manipulador nato que conocemos. Por los vídeos que se han podido filtrar en los que Iglesias impartía clase, este trazaba su misma ideología y pensamientos a los alumnos a través de miles de tretas, haciendo de estos individuos radicales procomunistas. Y no solo eso, aún hay más.

Decía Pablo Iglesias: "El 90% de un discurso político es un dispositivo audiovisual, el 95% de un liderazgo es un dispositivo audiovisual, el 95% de una campaña electoral o política es un dispositivo audiovisual, el 95% de lo que puede decir una organización política es un dispositivo audiovisual." Y no se equivocaba. En 2010 creó y dirigió La Tuerka donde ya comenzaba a prepararse para el gran salto a las televisiones de mayor audiencia. Y así fue, en 2012 empezaba su colaboración con el periódico digital Público, y en ese mismo año, su andadura en La Sexta como columnista. Pero no sería hasta 2013 donde iniciaría a despuntar. En ese mismo año, Intereconomía dio pie a Iglesias en sus tertulias políticas, y siguieron dando bombo a Iglesias las cadenas de 13TV, La Sexta, Cuatro y 24 horas.

Añadiendo a todos estos hechos el discurso populista, sencillo y cercano de Pablo Iglesias y de su formación, saben que tienen vía libre para triunfar aprovechando la caída del bipartidismo. Pero no quieren precipitarse. Sobretodo su carismático líder.

Este no pretende una regeneración democrática, ni una despolitización de la justicia, ni conseguir que los políticos corruptos terminen en la cárcel. Pablo Iglesias únicamente persigue la presidencia. Conseguir su puesto, durar el máximo tiempo posible y asegurarse una paga vitalicia que le llevará a una vida plácida. Un engaño histórico que se justificará con una utopía llamada comunismo que, una vez más, no salió como algunos esperaban. Pero esto es algo que Iglesias y compañía saben, y por ello, no quieren demostrar la catástrofe en los próximos comicios municipales; asegurando así, un supuesto mandato de cuatro años  de margen para llenar los bolsillos con posibilidad de huida. 

Ya lo dijo Simón Bolívar: "Más que por la fuerza, nos dominan por el engaño"

Rodrigo Quesada / @Quesadacid

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