Hace justo un año Benidorm aprobó la modificación de la ordenanza que prohibe la mendicidad en su vía pública. Entre los argumentos expuestos en defensa de la misma se citó la erradicación de redes organizadas que se sospechaba actuaban en la ciudad explotando a personas -principalmente con discapacidades- obligándolas a mendigar. La ordenanza generó polémica por las sanciones impuestas, que ascendían hasta los 750 euros para los mendigos que estuvieran pidiendo en la calle. El revuelo generado por la cuantía de las multas obligó al gobierno local a recular, retirándolas de la normativa. Aún así, independientemente a las sanciones económicas, la nueva ordenanzaactivó un protocolo de atención y vigilancia de esta práctica que ya ha dado sus frutos. La Policía Local de Benidorm ha denunciado ante la fiscalía un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y la trata de seres humanos en el municipio. La denuncia se produce tras constatar el reparto de mendigos de nacionalidad rumana en diversos vehículos por distintos puntos estratégicos de la ciudad.
La ordenanza, según recuerdan fuentes policiales, hacía referencia al uso de las zonas de uso público y la ocupación que se hacía de ellas para el «ejercicio de la mendicidad y otras actividades análogas no permitidas», con el fin de «conseguir la inclusión de las personas» que lo practicaban gracias a la mediación de la Policía Local y los Servicios Sociales municipales. Por ello se inició una campaña conjunta de ambos serviciosdestinada a la identificación de lugares, personas y motivos por los que se ejercía la mendicidad en Benidorm, concretándose la campaña en entrevistas individuales para explicar a esas personas las ayudas o prestaciones sociales que les podrían corresponder.
Sin embargo, según consta en la denuncia presentada por los agentes locales en los juzgados de Benidorm, tanto Servicios Sociales como el cuerpo policial detectó que una parte de los mendigos «rechazaban de plano las entrevistas, información sobre recursos y prestaciones, siendo estos en su mayoría de origen extranjero, todos residentes fuera de Benidorm y algunos con minusvalías visibles».
Según se añade en el informe, se observó también la existencia de zonas estratégicas por las que repartían a estas personas «para ejercer la mendicidad, observando cierta rotación entre dichos lugares».
La falta de interés por las prestaciones sociales, la coincidencia en la nacionalidad de los mendigos -todos rumanos- y la rotación de los lugares donde pedían limosna, indujo a pensar que en realidad«se trataba de una organización de trata de seres humanos con la finalidad de explotarlos obligándoles a ejercer la mendicidad en la vía pública, auspiciado y controlado por terceras personas».
Con esta sospecha se encargó una investigación destinada a conocer la identidad de las personas que repartían a los mendigos y averiguar los vehículos que utilizaban para tal actividad. La operación logró interceptar el pasado mes de mayo una furgoneta en la calle Ruzafa de la que se apearon tres personas que ejercen la mendicidad en el casco urbano de Benidorm habitualmente, según indicaron fuentes policiales, que comprobaron que del mismo vehículo se bajaron otras dos personas en la avenida del Mediterráneo, a la altura de la iglesia del Carmen, portando una bolsa en sus manos.
Al proceder su registro los agentes comprobaron que llevaban 580 euros en monedas, que según dijeron los identificados, correspondían a la recaudación lograda por el grupo durante todo el fin de semana. También se encontró una tarjeta y una cartilla de una entidad bancaria con varios ingresos, que según indicaron procedían también de las limosnas. Uno de ellos, sin embargo, confirmó que al finalizar cada jornada, sobre las 21 horas, debía entregar lo recaudado en el día para obtener a cambio una pequeña cantidad y un bocadillo.
Los agentes han puesto en conocimiento de fiscalía la identidad de algunos de los mendigos así como la del propietario del vehículo en el que viajaban, sobre el cual figuran también registrados otros dos vehículos más.
En cuanto a la residencia de las personas interrogadas, todas ellas figuran registradas fuera de Benidorm en las ciudades de Valladolid y Fuengirola.
Cabe recordar también que hace apenas dos meses también se desarticulaba en Benidorm y Alicante, por parte en este caso de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, a otro grupo que captaba en Rumanía a personas con deficiencias físicas y mentales, amenazándolas con palizas, si no lograban recaudar mendigando 80 euros al día.
Medidas polémicas
Intentar erradicar la mendicidad de la vía pública ha generado en el último año medidas polémicas en distintos municipios de la provincia. En Benidorm la chispa se encendió con la prohibición de pedir limosna en la calle usando niños, perros u otros animales como reclamo, así como aprovecharse de personas con discapacidad o malformaciones, bajo multas que iban de 751 a 3.000 euros. El rechazo social a la sanción económica hizo que Benidorm retirara las multas. Meses después, sería Alicante la ciudad que generaría debate al instalar bancos antiinmigrantes en la vía pública, poniendo barreras en la parte de las bancadas tradicionales para evitar que fueran utilizadas para dormir por personas sin hogar. Además, su concejalía de Atención urbana optó por comprar desde ese momento bancos individuales, evitando con ello la presencia de mendigos por la noche.
Fuente: diarioinformacion.com
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