domingo, 22 de febrero de 2015

El bueno, el feo y el malo

Nunca he sido partidario de guerras abiertas, ataques directos o reproches mezquinos. Prefiero que la palabrería se transforme en hechos, que el trabajo se convierta en realidad, y que, así, el esfuerzo dé sus frutos. La mentira, la desfachatez, cinismo y afán de protagonismo son términos totalmente antónimos a mi forma de ver el mundo. Pero eso no quiere decir, que las gentes de aquí o allá, prediquen con tales prácticas poco recomendables.

A raíz de que, hará escasos días, Toni Cantó, diputado de Unión, Progreso y Democracia, arremetiera contra el Partido Socialista, colocando a Agustín Navarro en el punto de mira del revólver inquisidor de UPyD contra la corrupción, los medios digitales locales, comarcales y algún nacional que otro, no han tardado en correr la voz. Y es que, en Benidorm, ya vivimos la triste realidad de ostentar hasta la fecha, con el infortunio de mantener en el puesto al único alcalde de toda España presuntamente imputado por partida doble. Los ciudadanos, o al menos, la gran mayoría de ellos, ya eramos conscientes de las presuntas políticas turbias, corruptas y problemáticas del Sr. Navarro y su equipo de gobierno, ya que, gracias a la distinguida televisión local y comarcal de Benidorm, Noticias Te Ves y, debido al trabajo realizado por el periodista, y en la actualidad, candidato a la alcaldía de nuestra ciudad por Ciudadanos Por Benidorm; Leopoldo Bernabeu, las noticias más reveladoras sobre la manera real de gobierno de socialistas, y liberales hasta días atrás, han sido difundidas a través de este medio audiovisual.

Y déjenme desvariar. Pero esta situación me recuerda a aquellas películas inspiradas en el viejo oeste, donde lo único provechoso de los spaghetti western de la época eran las bandas sonoras. Concretamente, en el 66 salía a la luz la última entrega de la Triología del Dólar; El bueno, el feo y el malo. Y como en aquel filme del gran Sergio Leone, ahora, políticamente hablando, volvemos a revivir la trama principal del mismo. 

El bueno, ese personaje que entre las gentes de a pie, es bien recibido y aclamado por las personas más francas, pero, que a su vez, entre la corruptela y la usura, es perseguido y odiado, concuerda con la descripción de Leopoldo Bernabeu. Un personaje público que, al igual que Clint Eastwood en la entrega cinematográfica que le lanzó a la fama, Por un puñado de Dólares, donde finalmente consigue erradicar a golpe de revólver la mezquindad de los caciques y señores del pueblo; Bernabeu en el papel de justiciero, durante su carrera como periodista, a través de la crítica ha conseguido desenmascarar diversidad de despropósitos de nuestros gobernantes, tanto actuales, como de antaño.

Por otro lado, tenemos al feo. Ese que intenta mirar siempre por su propio beneficio e interés personal, dando a entender, en primera instancia, que es justo y honrado, que su voluntad es el bien colectivo; pero que se revela a si mismo en la práctica, como un polo opuesto a sus hipotéticos principios. Hablo de la figura que juega en esta trama UPyD, y en este caso, del actor del partido magenta, Toni Cantó. Donde una vez más, con el ideal déspota ilustrado de "todo para el pueblo pero sin el pueblo", el afán de protagonismo de Cantó y los suyos ha vuelto a ser noticia en nuestro país, como ya hicieron con el intento de colocar a Rodrigo Rato en prisión incondicional. Pero ya lo alegó el juez Andreu. Unión, Progreso y Democracia está más preocupado por su afán de notoriedad, que por los intereses de la ciudadanía.

Y sin duda alguna, el malo; ese presunto corrupto, inescrupuloso y audaz personaje que lidia diariamente con las tesituras más comprometedoras y arduas, es nuestro actual alcalde, Agustín Navarro. Un protagonista de la saga, que en un principio, parece ser que se salga con la suya, pero que la vida, le enseña una lección primordial. Todo se paga después.

Pero, aún nuestro pequeño guión basado en la película de Leone no ha llegado a su final. Aún quedan muchas escenas por realizar y muchos duelos que disputar. Pero, ya saben el desenlace de El bueno, el feo y el malo; donde el malo muere, el feo sale mal parado y agraciado por su pequeña labor, y el bueno se lleva la palma. Solo falta, que suene la música de Ennio Morricone.

Rodrigo Quesada / @Quesadacid 

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