miércoles, 15 de octubre de 2014

Artículo de opinión: Menos nacionalismo, más historia

Llego a casa pasada la hora habitual de comer. A eso de casi las tres de la tarde. Hora justa para encender el televisor, e informarme acerca de la situación actual en España, a través de algún telediario de la primera cadena que encuentre. Lo de siempre. Penurias, penurias y más penurias. Un trágico accidente, aumentan los casos de corrupción en España, la selección de fútbol vuelve a perder y un largo etcétera de noticias lamentables. Pero, siempre hay un tema que me sorprende. Y cada día más. Aquel famoso nacionalismo catalán del que tanto se habla y poco se hace. Y como les digo, me asombra este asunto. Y no se engañen, cierto es que me fascina la trama que lleva a las espaldas, pues es alarmante el nivel de ignorancia, caciquismo e incultura a la que hemos llegado. O más bien, han llegado. 

Primera Guerra Carlista
(1833 - 1840)
Me remonto al siglo XIX, concretamente al año 1833, en plena transición y apunto de estallar la primera Guerra Carlista en España. Fernando VII muere sin descendientes varones, y declara como heredo al trono, a la recién nacida, Isabel. El hermano del primero, Carlos María Isidro, decide reclamar sus derechos dinásticos, separando así al país e iniciando la mencionada guerra. Sin entrar mucho más en materia, únicamente cabe destacar los pertenecientes al bando de Carlos María Isidro; País Vasco, Navarra, Valencia, Aragón y Cataluña. Y ya que en España el sentimiento picaresco ha sido patente durante siglos -y aún es presente-, aquí cada uno miraba para su propio beneficio, y por ello, Cataluña eligió pertenecer a esta facción. Les explico despacito y con buena letra, para que me entiendan.

Volvemos a viajar en el tiempo. Esta vez al siglo XVIII, al año 1713 donde finalmente llega a su fin la Guerra de Sucesión Española, dando lugar a la creación del Decreto de Nueva Planta, que abolía las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia, del Reino de Aragón, del Principado de Cataluña y del Reino de Mallorca, todos ellos integrantes de la Corona de Aragón, que se habían decantado a favor del bando perdedor de la guerra. Por lo tanto, los mencionados anteriormente perdían el poder de gobernarse de una forma similar a lo que hoy en día sería un estado americano, pasando así a tener un mando central para toda la nación. 

Y volviendo al siglo XIX, creo que ahora entienden el porqué de la decisión de los catalanes y compañía. Era el momento histórico idóneo para romper el castigo impuesto hace más de un siglo, y recuperar aquellos privilegios para gobernar. Por desgracia, o por fortuna; que sé yo; nuevamente la antigua Corona de Aragón escogió el bando equivocado, ya que la facción que lideraba Carlos María Isidro perdió ante el ejército liberal. 

Además, sumándole a Cataluña y a Valencia los sentimientos nacionalistas que llegaron de la mano de las ideas ilustradas, que adoctrinó Napoleón a través del gran imperio que levantó, estas son las raíces de la falacia nacionalista que se promulga en nuestros días.

Los ciudadanos catalanes que se levantan defendiendo una cataluña independiente, no creo que sigan defendiendo a los ya cadáveres del siglo XIX, luchando por fantasmas pasados y guerras entre hermanos. No creo que sigan pensando que aún merece la pena luchar por iniciar de nuevo una guerra carlista, ya que los tiempos han cambiando y las necesidades tanto de España como de Cataluña, no son las mismas que las de hace tanto tiempo atrás.

Pero señores, así es el nacionalismo catalán. Aún a ningún miembro, predicador o persona que esté a favor de una Cataluña independiente, me ha comentado lo mencionado anteriormente. El nacionalismo ha pasado de ser un llamamiento político de antaño, a ser un atajo de mentiras. Y lo que es peor, el arma que utilizan para poder enriquecerse a costa de la ignorancia, de la incultura y de la manipulación que ejercen a través de sus cadenas televisivas, radios y discursos. El famoso "Espanya ens roba", o la típica promesa que promulgan al pueblo catalán de que, sin España, tanto en lo económico como en lo social, nos irá mejor. Y lo peor, es que la masa sigue ciega. Sin saber que están defendiendo los privilegios de generaciones tan lejanas, que ni sus propios tatarabuelos conocerían. No ganan nada, solo ruina económica, política y social; ya que perderían, por ejemplo, las ayudas europeas, así como el euro, las subvenciones del estado español, y que decir de la estampida que sufriría la Cataluña independiente, en cuanto a la inversión de las empresas existentes a día de hoy en territorio catalán. Y todo, expresamente para enriquecer a una cúpula de políticos inmorales y estafadores.

No se dejen engañar. Repasen la historia y entiendan el presente. El nacionalismo se ha convertido en una farsa.

Rodrigo Quesada / @Quesadacid

3 comentarios:

  1. Coincido con que un argumento ncionalista basado en acontecimientos de hace dos siglos o mas, tiene poco sentido en la actualidad. Yo concretamente, soy catalan y tengo amigos en Madrid, Andalucia y otras partes de España, por eso puedo afirmar que la cultura catalana es diferente a la de otras comunidades Españolas, ni mejor ni peor, pero si muy diferenciada, empezando por el idioma. Desde mi punto de vista, el problema social en Cataluña viene del trato represivo que el gobierno central ha tenido con la sociedad Catalana. Es imposible integrar una sociedad a la que se reprime y a mas represion, mas rechazo se cosecha. Si España fuera, (y ojala lo fuera), una nacion modelo a seguir, pionera en educacion, avances cientificos y servicios sociales, donde pudieramos desarrollar lo mejor de nosotros, dudo que ningun catalan quisiera marcharse de España, pero tal como esta el panorama, entiendo que hasta muchos españoles lo hagan. El problema esta en que tampoco veo que los politicos catalanes sean un ejemplo a seguir y dudo mucho que la independencia vaya a solucionar nada. Creo que el gobierno de Madrid roba, no solo a Cataluña, sino a toda España, (incluidos los propios habitantes de Madrid), pero un gobierno Catalan independiente creo que robaria incluso mas a los propios catalanes, (al menos no robaria al resto de los españoles). Yo, lamentandolo mucho, ya tengo fijado mi futuro fuera de España-Cataluña. No veo la manera de prosperar en este pais o paises.

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  2. Menos nacionalismo, por tanto, menos historia, pero más independentismo, esto es lo que ha sucedido en los últimos años en Cataluña, y quien no viva aquí no lo va a comprender -y menos si solo se informa en medios editados en Madrid-. Tengo varios amigos, por ejemplo uno argentino que se estableció aquí hace 12 años, no le cuentes historias de 1714, de si el revanchismo de Felipe V, los Decretos de Nueva Planta, de si las Cortes Catalanas llevaban 5 siglos con un autogobierno sin injerencias externas, ni nada de nada.

    Él, como muchos inmigrados y gente que ha nacido aquí, simplemente quiere comenzar de nuevo, votar una nueva Constitución catalana, votar unas nuevas reglas del juego, y reducir el espectro electoral para intentar que lleguen otros más justos al poder. Y eso, en la España del PP-PSOE -de azules y rojos- ni está al alcance ni se le espera. ¿Que hay incertidumbre? cierto, pero ya somos muchos los que preferimos "más vale desconocido que malo conocido".

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  3. A mí no me importa la historia, me importa el presente y el futuro. Vivo en Cataluña y tengo que soportar el coste de hacerlo. Pago muchos impuestos, aquí dicen que por culpa del gobierno de Madrid, allí que por culpa de la Generalitat, el caso es que los pago. Aquí tengo que pagar los libros escolares, en algunas C.C.A.A. son gratis, tenemos universidades de las más caras de España, si no las que más, pago la electricidad y el agua mucho más cara que en sitios que, se supone, hay escasez. Si me duele una muela tengo que pagar, en otro sitios no, ni hablemos de los peajes de las autopistas, toda la vida pagando. No voy a seguir, sólo digo que eso de que los españoles somos iguales (y digo somos por que me siento español) es una falacia. No soy independentista pero esta España (la política, no el territorio) no me vale. Estado Federal ya!

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